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15 nov 2008

La vida anterior de Roberto Arlt

El periodista y escritor Roberto Arlt, antes de ser conocido por sus notas, sus cuentos, y sus novelas, pasó por necesidades económicas y trabajó como pintor de brocha gorda, ayudante en una librería, aprendiz de hojalatero, peón en una fabrica de ladrillos y estudiante “Inútil” de la Escuela de la Armada.
“He cursado las escuelas primarias hasta el tercer grado. Luego me echaron por inútil. Fui alumno de la Escuela de Mecánicos de la Armada. Me echaron por inútil. De los 15 a los 20 años practiqué todos los oficios. Me echaron por inútil de todas partes”, confesó Arlt en su autobiografía.
La reflexión sobre la sociedad argentina y la condición humana llevaron a Arlt, desde muy joven, a ejercer distintos oficios para ganarse la vida . La denominada escuela de la calle fue la que lo marcó, le dio justificación y le permitió escribir toda su obra.
Hijo de inmigrantes, abandonó su casa del barrio porteño de Flores, a los 16 años, por problemas con el trato severo y poco permisivo de su padre. En el Juguete rabioso (1926), se nota claramente su visión pesimista sobre la familia, su temor a la miseria y la admiración a los hombres que sobreviven solos en un medio social hostil.
Para entender la obra completa del autor de Aguafuertes porteñas, El juguete rabioso, Los siete locos, Trescientos millones, entre muchas otras obras, hay que centrarse en la experiencia de vida de este hombre que desarrolló un ojo crítico burlón y cínico y lo expresó con la simpleza que exigen las cosas cotidianas.



El placer de vagabundear

“Yo he aprendido que la escuela más útil para el entendimiento es la escuela de la calle, escuela agria, que deja en el paladar un placer agridulce y que enseña todo aquello que los libros no enseñan jamás”, escribió Arlt en su aguafuerte porteña titulada El placer de vagabundear.
“El placer de vagabundear, autobiográfica como la mayoría de las aguafuertes, cuenta que para vagar se necesita ser soñador, estar por completo despojado de prejuicios y ser escéptico.
Arlt confiesa las condiciones e impulsos que lo llevan a andar sin paradero ni rumbo fijo por las calles de Buenos Aires, para realizar su propio oficio en el diario. La mirada de Arlt es siempre para interpretar, mostrar su propia posición sobre los hábitos cotidianos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

opa viejo, esta bueno esto eh!

lo unico que creo que te hace falta es un box.
al costadeli..si queres despues te paso uno..

pero esta bueno el blog, me gusto
ya estas en mis links.
y lo del cafe lo concretamos en breve eh


abrazo mat!

Anónimo dijo...

el box es tipo un cubito que va al costado del blog..es un gadget, ahi podes hablar con la gente, y la gente tambien te puede dejar comentarios


cuando te vea en msn te lo paso
:)