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24 nov 2008

Alejarse de la cuidad con un propósito ambiental

Un grupo de personas decidió implementar sus conocimientos medioambientales para crear una ONG donde predomina la hipótesis de que el planeta es un ser humano y propone organizar una vida alternativa en comunidad en contacto con la naturaleza a través de un método llamado permacultura.

Por Matías Benítez

Las doce personas que habitan la ecovilla Gaia, en el partido de Navarro, viven con la comida y la energía que ellos mismos producen, sin perder comfort, los habitantes cambiaron la destrucción de la tierra por una vida humana sustentable y armónica con la naturaleza.
“Nos inspiramos en diversas culturas nativas de América que crearon comunidades sustentables por cientos de años; nosotros no inventamos nada nuevo”, afirmó Gustavo Ramírez el fundador de la única ecovilla en Argentina y la primera en América Latina.
El nombre de la villa es todo un símbolo. Los antiguos griegos bautizaron Gaia a la diosa que representaba a la Tierra, y con ese nombre se conoce a la teoría enunciada en 1969 por el británico James Lovelock, que considera a la Tierra un organismo vivo capaz de regularse por sí mismo de tal forma que siempre esté apto para la vida.
El emprendimiento que desarrolló Ramírez hace 10 años expone que es posible una vida fuera de la sociedad urbana y para hacer posible el desarrollo se utiliza la tecnología: dos tipos de colectores solares brindan agua caliente a duchas, baños y cocinas mediante un trazado de cañerías subterráneas, y tres molinos conectados a grandes baterías generan la electricidad suficiente para que hasta 40 personas utilicen en forma diaria energía para iluminar los ambientes, conectar la cortadora de césped, ver televisión y conectarse a Internet libremente.
La comida se cocina en hornallas solares que se asemejan a grandes antenas parabólicas hechas de aluminio espejado y también se utilizan hornos de alto rendimiento con una necesidad de leña de sólo el diez por ciento con respecto a los hornos de barro convencionales.
“Se trata de generar la energía propia sin comprársela a las corporaciones. Hablamos de desinflar el sistema de pobreza y exclusión. Tener esta actitud es un acto de paz", afirmó Gustavo Ramírez (Foto).
Lejos de aislarse por completo de la sociedad, los fundadores tienen una visión realista de la situación económica y política del país y del mundo. Realizan la crítica al sistema financiero que nace de generar deudas y por consiguiente pobreza en las personas y proponen la implementación de una nueva moneda que tenga un valor real, algo similar al trueque.
En la ecovilla, que se encuentra a poco más de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, todas las viviendas están construidas con un tratamiento que mezcla barro, arena y paja. Las casas son modeladas con las manos, diferenciándose de la más tradicional técnica de adobe "no construimos ladrillos de barro para después construir las casas, sino que directamente levantamos la casa", afirmó Ramírez, egresado de arquitectura en la UBA.
Los principios que se utilizan en Gaia parten de una disciplina llamada permacultura. Permacultura es el resultado de la contracción de las palabras permanente y culturas y el concepto, creado hace treinta años, representa una forma de vivir y de trabajar que puede ser practicada por todos los habitantes del Planeta sin causar problemas.
Ninguno de los habitantes de la ecovilla trabaja afuera de ella. La vida cotidiana se divide en tareas para sostener este estilo de vida, se reparte el tiempo entre la construcción de nuevas casas de barro, el cuidado de la huerta y de los chicos y las tareas de mantenimiento y arreglo que siempre surgen”, afirmó la cofundadora de Gaia Silvia Balado.
El acostumbrarse a vivir en la comunidad no es fácil "porque uno siente que está navegando contra la corriente, pero me gusta este estilo de vida y ya no podría cambiarlo. Vivir en contacto con la naturaleza se volvió algo esencial para mí", confesó Balado y Ramírez concluyó: “Pasamos por todo lo que se vive en la ciudad y nos cansamos. Nosotros también hicimos colas y nos enojamos, pero dijimos basta, esa es la diferencia".

Ecovillas en el mundo

El principal exponente de la permacultura es Australia. La permacultura puede figurar como una de las más significativas exportaciones intelectuales austriacas producto a una larga historia de activismo e influencia dentro de grandes movimientos ambientalistas y una gran exposición a los medios masivos.
Max Lindegger, reconocido como uno de los líderes y pioneros en el diseño de asentamientos humanos sustentables en todo el mundo, hace más de 20 años, fue el diseñador principal de Crystal Waters, Permaculture Village en Queensland, Australia, la cual recibió reconocimiento por parte de Naciones Unidas en 1995 por ser un ejemplo en la creación de asentamientos sustentables y autosuficientes en el mundo.
Sri Lanka, el país situado en el subcontinente indio, es una de la experiencias más numerosas porque aproximadamente 8 millones de personas están organizadas en comunidades.
Para Gustavo Ramirez, fundador de la ecovilla argentina, no existen comunidades similares, porque cada una se debe adaptar al tipo de terreno y clima entre otros factores para poder hacer sustentable el terreno, sin embargo la forma de organización siempre es parecida.

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