Tu comentario ayuda. Comenta todo lo que te interese. Exprésate y hace valer tu opinión.

Video de la semana

31 mar 2009

La cárcel: del extrañamiento a la inclusión

Por Fernando Carrión Mena, FLACSO, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Sede Ecuador
La cárcel en América Latina es el único destino que tiene el transgresor a la Ley y es el elemento principal del populismo penal imperante. En nuestra sociedad se ha instalado con mucha fuerza la necesidad del castigo al ofensor mediante la imposición de una pena extrema (la cárcel) y el escarmiento que le brinda la sociedad al ofensor a través de las inhumanas políticas carcelarias.
Para nadie es desconocida la situación violatoria de los derechos humanos que existe en el sistema carcelario, deducido del falso prejuicio de que el ofensor no tiene ni debe tener derechos, debido a que se ha instalado la visión unilateral del derecho de la víctima. De allí que en la región veamos con mucha preocupación el crecimiento impresionante de los presupuestos para la policía y la justicia, propios de la mano dura, y prácticamente ninguno para las cárceles.
Por eso no es nada raro que estemos viviendo una crisis importante del sistema carcelario en la Latinoamérica, cuyo componente más significativo es la lógica penal existente. Como consecuencia de ella se tiene un impresionante crecimiento del número internos en los presidios debido al incremento del número de delitos tipificados legalmente, al aumento de las penas (hasta la cadena perpetua), a la extensión de la edad en la imputabilidad penal hacia menores de edad, a la privatización de los reclusorios, así como a un desempeño institucional que penaliza en vez de prevenir, y a un sistema carcelario diseñado bajo la modalidad comúnmente conocida de la puerta giratoria, que nunca termina por rehabilitar a los internos y que convierte a la cárcel en un epicentro con el cual tiene una relación centrípeta. . En este contexto, no debe llamar la atención la existencia de unas políticas carcelarias inadecuadas que conducen al hacinamiento, a la presencia mayoritaria de presos sin sentencia en firme, a la carencia de políticas de salud y a la mala alimentación de los reclusos, a la formación de mercados ilegales y a los amotinamientos recurrentes, entre otros.
Como resultado de esta situación, la cárcel se ha convertido en un depósito inhumano de personas a la que nadie interesa y cuando hay el interés es para que el escarmiento sea mayor. De allí que uno de los temas de política de seguridad ciudadana más importante sea el de posicionar el tema, visibilizarlo y redefinirlo. Más aún, si la sociedad está en una encrucijada marcada por la necesidad de escoger entre el mal menor y el mayor, a sabiendas que la opción de la cárcel es la peor; tan es así que ya es un lugar común escuchar que el presidio es la universidad del delito y sin embargo, seguimos hacinándola con nuevos internos.
Se eliminó, en la realidad, el derecho que tiene el delincuente, mucho más si la violencia que produce está dentro de la llamada “criminalización del delito marginal”, cometida por un joven, un migrante, un pobre o un afro descendiente. Si es así se merece el peor castigo: extirparlo de la sociedad con el calificativo de antisocial y recluirlo en el peor presidio. En otras palabras, se produce la estigmatización de la cárcel y del delincuente para que el castigo sea mayor, produciendo el extrañamiento o confinamiento del marginal en las peores mazmorras que uno pueda imaginarse; convirtiéndolos en dos caras de la misma moneda.
Como ese castigo no es suficiente, a los ofensores se les quita la voz, incluso, dentro de los procesos de investigación conducentes a la explicación del conflicto que produce el delito; así tenemos, que la información y el dato que se recoge para “conocer” la violencia existe una alta dependencia hacia dos instrumentos: por un lado, el registro de las denuncias (instituciones), que expresan a criminalidad aparente y por otro, las encuestas de victimización (víctimas) que buscan la criminalidad real y sus contextos. Sin embargo, siempre se deja de lado la opinión de los ofensores, lo cual no permite conocer las causas últimas que les lleva a cometer los delitos y cuando se recurre a esta fuente se lo hace con el fin de obtener información para inculpar al victimario del delito cometido.
En otras palabras, la cárcel y el ofensor son parte de la ecuación que expresa el derecho de la víctima y no del victimario, cuestión que se construye a partir de una agenda pública que se transforma en política pública.

30 mar 2009

Hay emergencia nacional por falta de enfermeros

El diputado Héctor Silvestre Begnis, presidente de la comisión de Acción Social y Salud Pública, en dialogo con comunas, profundizó acerca de la media sanción que dio diputados al proyecto que declara la emergencia nacional de los recursos humanos en Enfermería para intentar revertir la falta de profesionales en el país.

Por Matías Benítez

¿Cuál es la carencia actual del recurso humano en enfermería?
Hay una carencia del recurso humano de la enfermería en el mundo, especialmente en Latinoamérica. En Argentina trabajan la mitad de las enfermeras que necesitamos: hoy trabajan 60 mil de las que el 60 por ciento (casi 40 mil enfermeras) son apenas auxiliares de enfermería; que hicieron cursos de un año. En el país no alcanza a media enfermera por cada medico, cuando lo recomendable por la Organización Mundial de la Salud y la experiencia mundial habla de al menos 5 o 6 enfermeras por medico.

¿De qué manera la ley beneficia a los auxiliares o ayuda a revertir la carencia?
Lo que la ley pretende es darle la oportunidad a todos los auxiliares completando el secundario, como establece la nueva ley de educación, y poder optar financiadamente, a través de becas para que puedan completar la diplomatura o la licenciatura si así lo desean. Por eso estuvo presente el doctor Ignacio Vélez Carreras, subsecretario de políticas regulación y fiscalización del ministerio de Salud de la Nación y es quien delegó la responsabilidad de llevar adelante todas las modificaciones que requería esta ley para que pudiera salir a la luz. El país está muy contento con esta media sanción sin ninguna duda.

¿Cuántos alumnos se egresan por año de enfermería?
De los 5 mil que se inscriben hoy, solamente egresan 1.250 debido a la necesidad de ingreso laboral que tienen y para no depender de su familia. Recordemos que las enfermeras no siempre pertenecen a familias que tienen recursos económicos. Entonces ingresan a algún trabajo y lamentablemente tienen que dejar de estudiar. En este caso a todas estas personas se les va a dar una beca para que tengan una ayuda económica y para que no tengan que dejar los estudios por esta causa.

¿Cuánto dinero se dará por beca?
Las becas rondarían los 900 pesos y en el caso de la gente que tiene que trasladarse, porque vive en el interior y gasta más, recibiría una beca ampliada para poder financiar los gastos de traslado.

¿De dónde salen los fondos para financiar la ejecución de la ley?
Los grandes planes argentinos tienen que ser un esfuerzo público y privado. El ministerio de Salud de la Nación, en 2003, destinó para salud 2.900 millones de pesos; en 2007, 5 mil millones y en 2008 5.900 millones. Lo que habla que el Estado tiene un compromiso muy fuerte. El sector privado, que es el que se beneficia con la mejor calidad de las enfermeras, está convocado y fue consultado para que haga una contribución importante a través de un fondo fiduciario. Donde las obras sociales aportan 8 pesos por titular o por adherente, es decir por grupo familiar, casi 70 centavos por mes. Con lo cual es ínfimo pensando en el beneficio que van a recibir los 2 millones de afiliados que se internan por año en las obras sociales. A su vez el PAMI va a aportar 8 pesos por cada uno de los beneficiarios. Esto implica un volumen de más o menos 150 millones de pesos y permite financiar el 70 por ciento de las becas para 6 mil o 7 mil alumnos que se suman a los 5 mil que cada año se inscriben en la escuela de enfermería.

¿Por qué el dinero no lo pone el Estado?
El sector privado tiene que involucrarse en los grandes proyectos nacionales. El problema no es solo de la Nación, es un problema de la sociedad, es un problema de las obras sociales, de las clínicas, de las prepagas, de manera que formar enfermeras en el más alto nivel posible es el objetivo que hemos trazado. Entendemos y así fue aceptado que ellos deben ayudar a financiar.

¿Cómo se involucra al Banco Nación?
El fondo fiduciario que constituimos en la última época tiene al Banco de la Nación como garantía de administración. El ministerio conversara con las provincias cuantas becas corresponde a cada una y esto no tiene que ver con el porcentaje poblacional, tiene que ver con la pobreza de la calidad de la enfermería. Por ejemplo en Buenos Aires hay 4.600 enfermeras diplomadas, hay algunas provincias que tienen 21 y el resto son todos auxiliares. Lo que tenemos que hacer en esas provincias con sus universidades es fortalecer la formación de todas esas auxiliares para elevar el nivel en esas provincias. Buenos Aires también lo necesita, pero sin ninguna duda si tuviéramos que hacer una asignación prioritaria empezaríamos por los que menos tienen.